viernes, 3 de diciembre de 2010

Wake up, it's 5 a.m (You fell in love again)

No sé qué hago acá. De nuevo .

Creo que lo necesitaba, porque a veces escribir no sirve. Quiero decir, escribir sólo para mí. Es como que el hecho de decirse las cosas a unos mismo carece de sentido. Siempre falta el otro, el que lee. El que comprende, o tal vez no, lo que transmitimos. 
Y es que hay cosas que nos dan miedo, y no podemos guardarlas. Hay cosas que necesitan ser contadas, ya sea por producirnos alegría o tristeza. O incluso ambas. Y hay cosas que son tan privadas, que la única manera de deshacerse de ellas es escribirlas. 

Este año cambió todo. Conocí personas que nunca hubiera pensado iban a ser importantes para mí. Me enamoré. Dejé atrás miedos, y sucumbí ante otros, pero que con el tiempo también se irán. Encontré amigos, perdí a otros (¿Realmente?) . Hice cosas de las que me arrepiento, y cosas que repetiría una y otra vez. De algunas, tal vez, debería arrepentirme, pero lejos estoy de hacerlo. ¿Y sabés qué? Nadie puede juzgarme por ellas.

Aprendí que las palabras hieren. Y al mismo tiempo aprendí a evadirlas. Y a usarlas. Aprendí que puedo lograr mis metas con un poco de esfuerzo. Algunos dirán que los métodos que uso no son correctos, que me he convertido en una peor persona. No lo veo así. Simplemente soy diferente ahora, y el que no se sienta cómodo con eso, puede retirarse.

En fin, volví. No sé por cuánto tiempo, pero acá estoy. Y con cosas para decir.